Desde hace más de 40 años, los municipios vecinos de Aldama y Chenalhó en Chiapas, se disputan parcelas, unas 60 hectáreas, conflicto latente, que las autoridades de diferentes niveles no han podido resolver. Del 2016 al 2019 las tensiones aumentaron, creando un clima de violencia generalizado por lo cual las y los campesinos de 4 comunidades perdieron cafetales y milpas.
Personas de los dos municipios han resultado heridas y muertas. Hasta la actualidad familias enteras no pueden regresar a sus tierras y trabajar. Para el sustento familiar, hombres y niños han aprendido los telares de cintura, actividad que antes sólo hacían las mujeres. Dado que casi todas estas familias viven del cultivo de sus tierras, muchas de ellas se encuentran entonces sin otra fuente de ingresos, agudizando así la precariedad en la que ya vivían.
Sin embargo, en mayo de este año se produjo un hecho histórico, con la destrucción por parte de las autoridades estatales de 65 trincheras, que se encontraban en puntos estratégicos de ambos municipios y que representaban una amenaza latente para los habitantes. Se trata de una acción particularmente positiva porque el mantenimiento de estas infraestructuras fue una de las principales razones del fracaso de los acuerdos de no agresión firmados en el 2019.
En línea con nuestro compromiso hacia las poblaciones más vulnerables de Chiapas, Cáritas San Cristóbal de Las Casas, considera que los desplazados de Aldama tienen derecho a condiciones de vida dignas, por lo que debemos colaborar en aumentar su resiliencia. Mientras esperamos una solución pacífica y viable para el conflicto en curso, deseamos, por lo tanto, apoyar a las familias desplazadas ayudándoles a satisfacer sus necesidades básicas de salud y alimentación.
La crisis del COVID-19 nos ha develado la necesidad de fortalecer los sistemas agroalimentarios y de Economía Solidaria con familias desplazadas. Durante la pandemia fueron testigos de la desesperación, hambre, desempleo y mucha tensión, en poblaciones cercanas. Eso ayudó a que las familias desplazadas se mantuvieran más unidas produciendo artesanías, haciendo uso de sus conocimientos milenarios en plantas curativas para vías respiratorias, así han hecho frente a pasar la enfermedad sin tanta complicación, pero la enfermedad llego para quedarse por un largo tiempo, por lo que es importante fortalecer los sistemas alimentarios, de producción y consumo de alimentos amigables con el medio ambiente y que prevengan padecimientos crónicos desde una alimentación saludable, la medicina herbolaria, la cría de especies menores, el abasto local de productos básicos en sus comunidades y continuar en dar valor agregado a sus productos artesanales.
Reforzar las medidas de prevención ante COVID19: aprender a identificar los síntomas COVID; lavado adecuado de manos; la sana distancia; el uso de paliacates o elaboración de cubre bocas con las tres capas como lo indica la UNAM; no escupir al suelo; ni sonarse la nariz con la mano; usar paliacate o brazo al estornudar y asearse la nariz; cuidado a los adultos mayores, personas con diabetes, hipertensión, mujeres embarazadas, niños menores de 5 años; personas que han padecido tuberculosis, promover el uso de fogones ecológicos para evitar daños en la salud pulmonar de mujeres y niños.
¡Para lograr este objetivo humanitario, estamos pidiendo sus donaciones!…
A título informativo, Cáritas no se beneficia de ningún enriquecimiento personal, ya que todos los donativos realizados se destinan directamente a la financiación de la ayuda a las poblaciones afectadas.
¡De parte de todo el equipo de Cáritas, queremos agradecer de antemano a todos los donantes por su gesto solidario por esta justa causa!