San Cristóbal de Las Casas, Chis., 22 de febrero de 2021.
Más bien, sean bondadosos y compasivos los unos con los otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. ( Efesios 4:32 )
El pasado sábado 20 de febrero tuvimos la alegría de visitar la cabecera municipal de Chalchihuitán, Chiapas, para la bendición de la Casa de la Mujer y su Familia, un espacio de atención, aprendizaje y acompañamiento a las mujeres de la región y sus familias.
Encabezados por nuestro obispo, Mons. Rodrigo Aguilar Martínez, miembros de nuestra diócesis, habitantes del municipio, representantes de los diversos grupos de trabajo e invitados especiales, en profunda oración pedimos permiso a los abuelos y abuelas para iniciar las actividades del centro; agradecimos a todos los que, con su compromiso y profundo amor cristiano, han acompañado a los habitantes del municipio en momentos particularmente difíciles, en especial al párroco, P. Sebastián, y a Cáritas San Cristóbal; y participamos en la bendición del espacio, de los trabajos de la parroquia y de todos aquellos que prestan un servicio a la comunidad. Al finalizar la oración, pudimos compartir entre todos los deliciosos alimentos que fueron preparados para la ocasión.
El hecho es especialmente significativo por varias razones. En primer lugar, por el esfuerzo colectivo que implicó su construcción, desde la búsqueda del terreno, donado por una persona del municipio, hasta el levantamiento del edificio, gracias a generosas aportaciones de diversos donantes.
En segundo lugar, el centro operará en uno de los municipios más pobres de Chiapas, donde las necesidades son enormes y los recursos limitados. Esto es lo que hace de la obra una oportunidad maravillosa para poner en marcha nuestra creatividad y entusiasmo y servir a las mujeres y sus familias de la forma como lo necesitan y merecen.
Finalmente, porque la Casa de la Mujer y su Familia busca ser un espacio de reconciliación y armonía para una población que ha sufrido y sufre de divisiones, confrontación y violencia.
Con profundo agradecimiento y fe renovada, esperamos que este sea sólo el comienzo de un amoroso caminar con las mujeres de Chalchihuitán.