“Es importante seguir tejiendo en común, porque la realidad no la podemos transformar solos o una sola comunidad, una sola zona, una sola organización; es nuestra tarea tejer alianzas con aquellas personas, comunidades, zonas, organizaciones, que están en una verdadera lucha construyendo esa nueva vida”…
Los tiempos actuales están marcados por situaciones críticas, tanto en la vida humana como en su dinámica social; por el individualismo y egoísmo, contrarios al sentido comunitario y al respeto a la Madre Tierra. Sin embargo, en medio de toda esta situación de presencia de signos de oscuridad y muerte se hacen presentes también signos de vida, luces que nos permiten, con fe y esperanza, creer que la última palabra es la que viene de nuestro Dios y que es comunicada por Jesús: “Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10, 10). Con la esperanza y confianza en la gracia de Cristo Jesús es posible seguir adelante… Es importante seguir tejiendo en común, porque la realidad no la podemos transformar solos o una sola comunidad, una sola zona, una sola organización; es nuestra tarea tejer alianzas con aquellas personas, comunidades, zonas, organizaciones, que están en una verdadera lucha construyendo esa nueva vida, que están construyendo el “Buen Vivir con Gran Respeto”… Por tanto, tenemos que animar los corazones para fortalecer la unidad en la acción entre quienes están luchando por la nueva vida que deseamos tener para todos, haciendo nuestra la experiencia de las primeras comunidades cristianas que “tenían un solo corazón y una sola alma” (Hechos 4, 32).
El Pueblo de Dios de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas ha estado caminando ya largo tiempo… iluminados y sostenidos por la Palabra de Dios. “La toma de conciencia de esta realidad de gracia y de pecado, por parte de nuestra Diócesis… ha hecho que poco a poco vayamos construyendo, bajo la guía del Espíritu, una Iglesia autóctona con rostro propio…; una Iglesia liberadora…; una Iglesia profética…; una Iglesia Servidora…”. (III Sínodo Diocesano, p. 13).
Seguimos aprendiendo a vivir responsablemente desde la sabiduría de Dios. Se han estado formando grupos de reflexión para darle vida a la opción preferencial por los pobres, sin exclusiones… Crece en nuestra Diócesis la participación comprometida de personas laicas, mujeres y varones, en diferentes servicios. Conscientes de nuestras limitaciones, también estamos firmemente confiados en la misión que Dios nos encomienda. Jesús quiere que hablemos y actuemos en su nombre para que demos fruto de abundancia. Hay muchas formas concretas de colaborar en la familia para el bien de la comunidad, de la parroquia, de la sociedad…