¿Quiénes somos?

Somos una instancia de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas, México; formada por un equipo interdisciplinario y pluricultural.
Animados por la Palabra de Dios, trabajamos con grupos de familias comprometidas en procesos solidarios, fraternos y sustentables, fomentando la conciencia en situación de riesgos ambientales, sociales y alimentarios.
Buscamos que se involucren en sus propios procesos preventivos, educativos y organizativos, fortaleciendo las capacidades locales para contribuir al Buen Vivir de todas las personas.

Nuestro trabajo está dirigido a contribuir a superar la pobreza y la injusticia social, impulsando el desarrollo comunitario transformador e integral y promoviendo el derecho de las personas a una vida digna, sostenible y autogestiva.
Trabajamos dando servicio a las comunidades indígenas y campesinas marginadas del territorio de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.
Nuestra historia

Desde los años 80, la Pastoral Social de la Diócesis de San Cristóbal apoya procesos de organización campesina.
En junio de 1994, Cáritas de San Cristóbal se constituyó formalmente como asociación civil por iniciativa del obispo Don Samuel Ruiz García.
Este paso se dio como respuesta a la emergencia que imperaba en Chiapas, por el estallido del conflicto armado; para organizar la solidaridad y distribuir la ayuda humanitaria a las comunidades desplazadas y a las víctimas de desastres naturales.
Mons. Samuel Ruiz, constructor de paz
Población beneficiaria

Mujeres y hombres indígenas tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales y zoques; campesinos; población indígena y campesina de barrios y colonias suburbanas.Niños y niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores, desplazados, damnificados, mujeres jefas de familia, mujeres abandonadas por esposos migrantes sin distinción étnica, ideológica o religiosa.
Población indígena y campesina que trabaja en una agricultura de subsistencia, que apenas alcanza para el alimento familiar, algunas familias logran vender algo de excedente de maíz y frijol. En algunas zonas producen café y con ello reciben ingresos monetarios. Algunos hombres, ante situaciones no previstas, como enfermedades, muerte de algún familiar o para mejoras en la vivienda, optan por la migración a lugares como la Riviera Maya o el Norte del país para trabajar en la construcción durante unos meses.
Las familias se componen básicamente de padre y madre y una media de 6 hijos. Las viviendas son en su mayoría de madera y lámina. Las familias disponen de poco terreno para el cultivo y este terreno está ubicado en su mayoría en laderas de montaña o en zonas planas fácilmente inundables. Además, padecen la falta de atención médica y de servicios públicos básicos.
