Seis meses del éxodo migratorio y la crisis se agudiza en la frontera Sur
Revista Proceso/Por Isaín Mandujano , / Foto: Proceso
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- Con cientos de migrantes que se amotinan la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula, otros que marchan desde la madrugada en la carretera costera de Huixtla a Villacomaltitlán, unos más que varados en Mapastepec y otros que esperan del otro lado del Río Suchiate para entrar al país, la frontera Sur mexicana, cumplirá este fin de semana seis meses de un éxodo que no para y agudiza la situación en esta región.
El éxodo migrante que empezó el 20 de octubre del 2018 en el puente fronterizo Rodolfo Robles Domínguez, cumplirá seis meses este sábado 20 y miles son los migrantes que han entrado por esta frontera sur, algunos logran llegar a la frontera norte, otros están atorados en México y unos más desisten y retornan a sus países de origen.
Anoche, de nueva cuenta, cientos de migrantes cubanos, haitianos y africanos, principalmente, vandalizaron las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INAMI) en la Estación Migratoria Siglo XXI de Tapachula.
A diferencia de los migrantes centroamericanos, los de estas nacionalidades, exigen un documento de salida, un salvoconducto que les permita seguir hacia el norte de México y alcanzar la frontera con Estados Unidos.
Mientras tanto, el gobierno mexicano hace todo lo posible por contener el flujo migratorio. Ayer, en un tramo carretero de la costa de Chiapas, cientos de agentes del INAMI interceptaron a cubanos y centroamericanos que caminaban por la carretera en una caravana que denominaron “Viacrucis del Migrante”.
Acompañados por el padre Ramón Verdugo y el activista Luis Villagrán, los migrantes fueron detenidos ayer por la tarde, pero esta mañana se les unió otro grupo que se dirige hacia Villacomaltitlán. Ellos esperan llegar hasta Mapastepec donde hay otro numeroso grupo de migrantes establecidos en un albergue.
Más de 300 elementos del Instituto Nacional de Migración y elementos de la Policía Federal, interceptaron el viacrucis de migrantes cubanos que salió pasado el mediodía de Tapachula e intentó pasar por la Caseta de Migración de Cerro Gordo de este municipio.
Los más de 250 migrantes cubanos que se encontraban en Tapachula, habían tramitado un juicio de amparo para seguir su camino hacia Estados Unidos. Alrededor de las 13:00 horas salieron de la estación de ferrocarril a bordo de varios autobuses.
Antes de llegar a la garita Paso Gordo, se bajaron de los autobuses e intentaron cruzar caminando por el carril contrario de Villacomaltitlán – Tapachula, donde fueron interceptados por elementos del INAMI.
Las autoridades de migración han informado que el juicio de amparo solo les sirve a los migrantes cubanos para no ser deportados, pero no para transitar en territorio mexicano, por lo que –se presume– serán asegurados y trasladados de nueva cuenta a Tapachula.
Aunado a estas movilizaciones y acciones de protesta, cientos de migrantes más esperan del otro lado del Río Suchiate, en Tecún Umán, Guatemala, para pasar al lado mexicano. Ya de este lado, en Frontera Hidalgo otros cientos más esperan en la plaza central.
Muchos migrantes deambulan por las calles de Suchiate, Tapachula y otros municipios que forman el corredor migratorio. Piden comida, agua, baños y dinero.
El calor es intenso en la frontera sur, la temperatura alcanza hasta los 40 grados y la humedad es alta.
A diferencia de otras caravanas de migrantes, la solidaridad de la sociedad mexicana es nula ahora, y las autoridades mexicanas poco hacen para proveerles lo necesario, pues esperan que con ello desistan y acepten el retorno voluntario.
Sólo párrocos como Ramón Verdugo o el padre Heyman Vázquez de Huixtla, claman ayuda para los migrantes, pero esta vez poco eco tienen sus llamados.